Queso fundido, una especialidad Suiza

Cuando llegamos a un nuevo restaurante pedimos el platillo que más nos llame la atención sus ingredientes, pero, si estos no son claros solemos pedir al mesero describa cómo es y de ahí se toma la decisión si se desea probar. Una gran prueba de ellos es la entrada “Queso Fundido”, del que hoy hablaremos para conocer sus orígenes y  que le ofrece al paladar.

¿Qué es?

Es un producto alimenticio hecho de queso, además de emulsionantes, aceites vegetales saturados, sal extra, colorantes de alimentos, suero de leche o azúcar. Como resultado, existen muchos sabores, colores y texturas de queso procesado. 

El queso procesado tiene varias ventajas técnicas sobre el queso natural,  que incluye una vida útil mucho más larga, resistencia a la separación cuando se cocina (capacidad de fusión) y una apariencia uniforme y comportamiento físico. 

Origen

En el año 1911, el suizo Walter Gerber elaboró en la ciudad de Thun (Suiza) el popular queso fundido, no obstante, fue James L. Kraft en 1916, quien dio a conocer este producto en tierras americanas. Para 1950, el alimento logró mucha fama y para ese momento la empresa Kraft Foods fue la pionera en fabricar la primera versión de quesos fundidos en lonchas o en rodajas, alcanzando de esta manera un éxito en todos los territorios de los Estados Unidos y también en diversas naciones de América. En sus inicios, el queso fundido recibió galardones en su país natal, aunque no pudieron patentarlo en ese instante pues no cumplía con los requisitos de pureza que se exigían en la exposición nacional de Suiza.

Ahora que conocemos un poco más sobre su origen podemos hablar del gran estilo con el que se prepara en La Mansión®, pues es una entrada que no podrás perderte en tu visita por nuestras sucursales, nada mejor que iniciar por esta deliciosa entrada.

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